Evolución (2ª parte)

Soy una de esas personas que piensa que la gente no cambia, en todo caso evoluciona. Cuando alguien pasa de ser rojo en su juventud a ser facha en su vejez, suelo entender que es un chaquetero basándome en la sabiduría popular: genio y figura hasta la sepultura. Vamos, que o miente ahora o mintió antes.
Y para rebosar el vaso, ese alguien acostumbra a ir de sobrado y te dice que ya cambiarás. Observemos el típico caso del tímido aconsejado por el prepotente acomplejado que le dice al primero que hay que ser más arrojado en la vida; ni puñetero caso, esa gente suele salir corriendo para salvar su pellejo. En realidad lo que le está diciendo es:”Chaval, más te vale echarle cojones porque yo no te salvo de un problema, así me unten en petróleo” Consejo estúpido pues ante el peligro, ser tímido no significa ser cobarde. Por suerte siempre gustará más en España la bravuconería que la discreción...suerte para los prepotentes, claro. (Esto me ha quedado un poco Torrente ahora que lo releo)
Que me pierdo...todo esto venía a que vuelvo a evolucionar, pero físicamente. Ya no son sólo las canas, ahora mi frente se está volviendo más ancha y abultada. Estoy viendo mi transformación y me da la impresión de que me voy a convertir en una mutante. No es broma. Dentro de la fisiognomía, una paraciencia como otra cualquiera, la frente refleja la evolución mental de la persona en las diferentes etapas de su vida. Por supuesto, paso de explicar las connotaciones que se analizarían, pero estas son las fases que normalmente se producen:
En la niñez se posee una frente redondeada, alta, a menudo prominente pero sin desarrollo suprafacial. Luego se pasaría a una frente aún redondeada, pero en expansión, y más tarde, en la madurez, habría un modulado ondulado(una depresión en la zona media frontal). En la vejez estos dos últimos cambios serían más extremos.
Además, la frente, también reflejaría la evolución mental global de nuestra especie; se camina hacia el desarrollo de una frente alta (cada vez habrá menos gente con 2 dedos de frente), en la culminación del pensamiento abstracto: o sease, que la mayoría de la población tiene poca inventiva (así va el mundo).