La Gitana
Llego a casa de trabajar el viernes al mediodía. Encuentro a mi madre con cara apesadumbrada. Me cuenta que una gitana se le acercó con un par de ramitas de a saber qué hierbas. No se le ocurrió más salida que negar con la cabeza. A este gesto la gitana respondió a gritos: No me lo desprecies, no me lo desprecies. Ahí fue cuando mi madre tragó saliva, anudó la garganta y soltó un euro de la cartera. “Dame la mano, que te leo la fortuna: tú tienes muchas envidias, muchísimas, pero yo te voy a rezar a la Virgen de Nosequé y a la Virgen de Nosécuanto y te voy a quitar el Mal. Vas a hacer un viaje muy largo y vas a encontrar el amor. Ahora dame 20 euros y te rezo durante xx días y verás que bien”. Mi madre contestó que no podía darle 20 euros porque vivía de una pensión pequeña. La gitana se enfureció. Luego rebajó la tarifa a 10 sin servirle tampoco de nada. Para no perder más el tiempo se largó con cara de pestes y lanzando maldiciones.
De toda esta retahíla mi madre se quedó con un mensaje:”Ay, hija, que me muero”. Le repliqué incrédula. “Que sí, que el viaje muy largo es que me muero”. Así que traté de convencerla de que si fuera verdad y lo hiciera por bien, no cobraría o sería la voluntad, que todo ese guión se lo suelta a todos los incautos y que si tuviera que maldecir a todos los que la rechazan, al final de mes acabaría como una pasa. Menudo chollo, rezas y se te soluciona todo. Monjas, brujas o gitanas. Eso es algo que nunca entendí, como lo de los exvotos. Menudo negocio, como si fuera tan fácil comprar a los ángeles. Eso no es devoción es chantaje. Vamos, que uno pide, y si les da la gana te ayudan. Y mientras pensaba esto, mi madre se calmaba poniendo una vela contra el mal fario, por si servía de algo. Más vale ser precavido que no todos los días una gitana te lee la bienaventuranza en Galicia.
De toda esta retahíla mi madre se quedó con un mensaje:”Ay, hija, que me muero”. Le repliqué incrédula. “Que sí, que el viaje muy largo es que me muero”. Así que traté de convencerla de que si fuera verdad y lo hiciera por bien, no cobraría o sería la voluntad, que todo ese guión se lo suelta a todos los incautos y que si tuviera que maldecir a todos los que la rechazan, al final de mes acabaría como una pasa. Menudo chollo, rezas y se te soluciona todo. Monjas, brujas o gitanas. Eso es algo que nunca entendí, como lo de los exvotos. Menudo negocio, como si fuera tan fácil comprar a los ángeles. Eso no es devoción es chantaje. Vamos, que uno pide, y si les da la gana te ayudan. Y mientras pensaba esto, mi madre se calmaba poniendo una vela contra el mal fario, por si servía de algo. Más vale ser precavido que no todos los días una gitana te lee la bienaventuranza en Galicia.
2 comentarios
Enclave -
Porque era mi madre que si soy yo, le bufo como los gatos, que a su vez imitan a las serpientes. Seguro que salía la gitana despavorida: "Esta paya está p'allá. Mare mía de mi arrrma"
cachovatio -