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No Fastidies

Crisis y lapsus

Nada nuevo. Este blog también está en crisis. No hay más que ver la frecuencia menguante de posts según transcurre el tiempo. Nada interesante que contar. Es un verano de averías: ordenador, televisor... sin contar los estropicios primaverales con sablazo fontaneril incluído.
El 25 de julio, Día Grande por estos lares, casi me echan la puerta de la calle abajo. Y solo faltaba otro arreglo más, así que no me quedó otra que abrir la puerta. No era un bombero buenorro, no, y eso que abrí en pijama veraniego porque eran las 10 de la mañana. Tan feliz estaba yo, sopa en la cama, que en un primer momento esperé a que el dedo se cansase de tanto rozar el timbre...Mientras hacía tiempo, me fui al toilet a soltar aguas menores. Ahhhh, tremendo error, pues empezaron los patadones que impidieron mi plena liberación. Afortunadamente, tengo músculos entrenados en el cierre de compuertas. Por la mirilla se veía a un señor grueso, bajito y desconocido que se llevaba las manos a la cabeza. Sin coger cuchillo jamonero, en un alarde de valentía, abro y pregunto: "¿Qué sucede?" -Ay, perdón, perdón. ¿Aquí no vive "fulanita"? -No, fulanita vive en el piso de arriba, la puerta de enfrente. -Es que tenía que hablar con ella (el sujeto en cuestión estaba cogorzo, pero aseado, sin parranda: puede que fuese una mala noticia o que algo le afectaba al cerebro...) -Sí, es arriba, esa otra mano -Perdone -No se preocupe, no pasa nada. Paso a la cocina a prepararme un cafetín cuando oigo picar en la puerta de enfrente misma planta. Mierda "ni asimiló lo que le conté". No me dio tiempo a salir al rellano cuando ya abrieron la puerta, y tenía gracia porque eran turistas invitadas en el piso. No tenían ni idea de quién puñetas era "fulanita". Por suerte debieron espiar nuestra conversación y una de ellas soltó "Creo que es arriba". Mismo guión: "perdón" "no se preocupe". Unos cuantos escalones más arriba. Timbrazo. Suaves voces. Tormento finalizado. Pues no. Un par de minutos más tarde vuelve a picar en mi piso, resoplando. -"Hola" -(Con cara de sopresa)"A ver tú tienes que ser familia mía" -"Uy, lo dudo, no tengo familia en este pueblo" -"Sí, tú tienes que ser cuñada, de la hija de la prima...". Aquí lo paré porque el buen señor se estaba mareando y se me iba a ir escaleras abajo. Le costaba verdaderos esfuerzos y empezó a señalar el buzón. Le dije el nombre y entonces me dio el de la señora que buscaba. Inciso: me coge la manita. De primeras no me dí cuenta, pero resultó ser la habitante de la misma puerta en el número anterior. Estaba tan desorientado que confundió los portales. Se lo expliqué pero estaba convencido de que se trataba del edificio de abajo, cuando era al revés.
¿Qué le ocurría? Pues que el buen señor toma medicamentos que son incompatibles con una copita de anís y así se puso como se puso. Y mira que conozco gente que mezcla medicamentos y alcohol, y tan felices... y a este pobre!!! Claro que una copita de vino no hace daño: según los bodegeros.

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