Blogia
No Fastidies

Etiqueto porque quiero

Cuando comencé a escribir aquí tenía miedo a repetirme como el ajo, a ser más pesada que el plomo o a esfumarme como un diente de león. Ahora he descubierto que mi problema son las etiquetas. Las detesto. Tanto que aunque me he pasado al Blogia avanzado aún no he probado a etiquetar mis artículos.
Hay etiquetas tipo: las rubias son tontas. Ésas sirven para guiar por la vida a los paletos sin ganas de pensar. Luego está el etiquetado de los precios. Ésas cuyo pegamento se resiste a desaparecer. Les siguen las etiquetas chivatas (las del chip antirrobo, no esas otras que olvidamos cortar al estrenar una prenda). Por último están las normas de etiqueta que salvo los pingüinos y la Casa Real, ya pocos respetan...En fin, que las etiquetas sólo traen problemas y deberían desaparecer de la faz de la Tierra. Por mucho que las inventaran para facilitar las cosas. Y como éramos pocos, llegaron las etiquetas en los blogs.
Por ello, clamo venganza y voy a etiquetar este artículo con lo primero que se me pase por la cabeza (que ningún psicoanalista se aproveche de mi ira desprevenida) 

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