Noche de Reyes
Mientras los pequeños de la casa están que no paran por la ansiedad de los regalos, los adultos nos ponemos nostálgicos y recordamos el momento en que descubrimos o nos descubrieron la cruda realidad. En mi caso me lo contaron a los 7 años, aunque algo me olía desde los 6. Me chocaba bastante que en los escaparates de las pastelerías vendieran el turrón de azúcar que luego sorpresivamente aparecía en mi cuarto. ¿Cuándo te pasó a ti?
Lo recuerdo perfectamente porque puedo ubicar mis vivencias según el piso donde habitaban mis padres. Sufrí muchas mudanzas y me encantaba. Sé que en aquella misma época descubrí a Dios. Dios lo ve todo me decían. Me angustiaba toda, sentada en el trono haciendo aguas mayores, je, je. Qué vergüenza que me vea así. Pero para mis adentros me auto convencía: no puede ser permanente porque hay gente haciendo cosas malas por ahí y si me mira a mí limpiarme el culo se está perdiendo lo que hacen otras miles de personas en el mundo. A los 7 años pensaba que el mundo se reducía a unos cuantos miles de sujetos. Y los de 30 años eran todos unos viejos, por supuesto. (Claro que los a 4 años pensaba que en la Antigüedad la gente vivía en blanco y negro como en las películas clásicas). Por entonces llevaba trenzas, parecía sacada de La Casa de la Pradera, y pensaba que nunca podría casarme porque en cuanto me viese mi marido con semejantes greñas sueltas, saldría corriendo...(los niños de ahora no piensan esas tonterías, ven las rastas de Melendi, pero yo sólo veía a la Pantoja por la tele...uy, como ahora, jo, el tiempo se ha estancado en mi vida). Yo quería tener la melena de la Pantoja, y en casa para fastidiarme me decían "Menuda melena tiene, eh?", a lo que yo contestaba: "Está calva". Las carcajadas que soltaban. Menudas tonterías se hacen a los críos.
En fin, que continuaré la saga infantil porque hay mucho jugo que exprimir.
¿Aún existen minas de carbón? ¿Aún no se han agotado? A veces deberíamos ser malos porque los buenos pueden dar asco según el caso.
Lo recuerdo perfectamente porque puedo ubicar mis vivencias según el piso donde habitaban mis padres. Sufrí muchas mudanzas y me encantaba. Sé que en aquella misma época descubrí a Dios. Dios lo ve todo me decían. Me angustiaba toda, sentada en el trono haciendo aguas mayores, je, je. Qué vergüenza que me vea así. Pero para mis adentros me auto convencía: no puede ser permanente porque hay gente haciendo cosas malas por ahí y si me mira a mí limpiarme el culo se está perdiendo lo que hacen otras miles de personas en el mundo. A los 7 años pensaba que el mundo se reducía a unos cuantos miles de sujetos. Y los de 30 años eran todos unos viejos, por supuesto. (Claro que los a 4 años pensaba que en la Antigüedad la gente vivía en blanco y negro como en las películas clásicas). Por entonces llevaba trenzas, parecía sacada de La Casa de la Pradera, y pensaba que nunca podría casarme porque en cuanto me viese mi marido con semejantes greñas sueltas, saldría corriendo...(los niños de ahora no piensan esas tonterías, ven las rastas de Melendi, pero yo sólo veía a la Pantoja por la tele...uy, como ahora, jo, el tiempo se ha estancado en mi vida). Yo quería tener la melena de la Pantoja, y en casa para fastidiarme me decían "Menuda melena tiene, eh?", a lo que yo contestaba: "Está calva". Las carcajadas que soltaban. Menudas tonterías se hacen a los críos.
En fin, que continuaré la saga infantil porque hay mucho jugo que exprimir.
¿Aún existen minas de carbón? ¿Aún no se han agotado? A veces deberíamos ser malos porque los buenos pueden dar asco según el caso.
2 comentarios
Enclave Patuco -
En serio, es triste lo que cuentas.
Cada uno es como es y hay que respetarlo. Tu madre tendría que aceptarte porque peor sería que aparentases lo que no eres.
Tampoco creo que seas tan bicho raro. Para raros los viejos que van a misa esperando ganarse el cielo después de jorobar a todo hijo de vecino durante su juventud.
Iveldie -
Saludos!