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No Fastidies

El Queso

He sido mala. No me apatecía escribir. Y es un error porque si me bloqueo o me entra pereza para escribir, me vengo aquí y recupero fuerzas. Este blog es una especie de desatascador. Un ejercicio que recupera mis ganas. Los agostos me asquean siempre.  Aunque sí que ocurrieron unas cuantas cosas que hicieron este verano diferente a otros veranos: alguna gente se ha ido de mi vida, alguna persona de forma momentánea, alguna que otra, de forma definitiva. Confieso que han marcado fin de etapa y que varias despedidas han sido una liberación. Dicutir por discutir o tragar por tragar es tontería. Los cambios no se pueden forzar, si los cambios son bruscos y fáciles es que tienen que suceder. A veces tengo la impresión de que el destino da a la gente lo contrario de lo que desea hasta que aprende, aprende a no desear tonterías. Mientras que a sus vecinos les da todo lo bueno hasta que de golpe se lo quita y se lo entrega a quien tanto lo ansía. Ahí es entonces cuando se ve si alguien está preparado para "el queso". ¿Si tuvieras queso, qué harías?  o ¿qué harías si te quitaran tu queso? Imposible recuperarlo si ya no existe. Imposible conservarlo si no sabes que en cualquier momento desaparecerá. Enloquecer por quesos ajenos, en vez de buscar tu propio queso me parece de memos. Me alegro por el cambio de un ser cercano: encontró un trozo de queso que le arrebataron hace tiempo.

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