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No Fastidies

Íntimo y personal

El Queso

He sido mala. No me apatecía escribir. Y es un error porque si me bloqueo o me entra pereza para escribir, me vengo aquí y recupero fuerzas. Este blog es una especie de desatascador. Un ejercicio que recupera mis ganas. Los agostos me asquean siempre.  Aunque sí que ocurrieron unas cuantas cosas que hicieron este verano diferente a otros veranos: alguna gente se ha ido de mi vida, alguna persona de forma momentánea, alguna que otra, de forma definitiva. Confieso que han marcado fin de etapa y que varias despedidas han sido una liberación. Dicutir por discutir o tragar por tragar es tontería. Los cambios no se pueden forzar, si los cambios son bruscos y fáciles es que tienen que suceder. A veces tengo la impresión de que el destino da a la gente lo contrario de lo que desea hasta que aprende, aprende a no desear tonterías. Mientras que a sus vecinos les da todo lo bueno hasta que de golpe se lo quita y se lo entrega a quien tanto lo ansía. Ahí es entonces cuando se ve si alguien está preparado para "el queso". ¿Si tuvieras queso, qué harías?  o ¿qué harías si te quitaran tu queso? Imposible recuperarlo si ya no existe. Imposible conservarlo si no sabes que en cualquier momento desaparecerá. Enloquecer por quesos ajenos, en vez de buscar tu propio queso me parece de memos. Me alegro por el cambio de un ser cercano: encontró un trozo de queso que le arrebataron hace tiempo.

Otro aniversario

Esta vez, el mío. Ha sido bueno. Aún quedan unas horas, espero que no se estropee. Enlazo a otra persona que también cumple años hoy mismo: Rick Gervais. Por cierto, que me he partido "algo" (no digo el qué) riendo con un video allí enlazado. El de arriba.

También añado como curiosidad, el enlace a una canción que no paré escuchando todo el curso a la vuelta de clase en RNE3. Tiene gracia que la semana pasada me enviaran un enlace con canciones italianas. No  pude evitar el buscarla: Azzurro. No sé el motivo pero siempre se me antojaban churros, y eso que me repiten!!!

 

PD: Tengo que subir dibujos, tengo que actualizar blog artístico, tengo que, tengo que... ay...

 

Crisis y lapsus

Nada nuevo. Este blog también está en crisis. No hay más que ver la frecuencia menguante de posts según transcurre el tiempo. Nada interesante que contar. Es un verano de averías: ordenador, televisor... sin contar los estropicios primaverales con sablazo fontaneril incluído.
El 25 de julio, Día Grande por estos lares, casi me echan la puerta de la calle abajo. Y solo faltaba otro arreglo más, así que no me quedó otra que abrir la puerta. No era un bombero buenorro, no, y eso que abrí en pijama veraniego porque eran las 10 de la mañana. Tan feliz estaba yo, sopa en la cama, que en un primer momento esperé a que el dedo se cansase de tanto rozar el timbre...Mientras hacía tiempo, me fui al toilet a soltar aguas menores. Ahhhh, tremendo error, pues empezaron los patadones que impidieron mi plena liberación. Afortunadamente, tengo músculos entrenados en el cierre de compuertas. Por la mirilla se veía a un señor grueso, bajito y desconocido que se llevaba las manos a la cabeza. Sin coger cuchillo jamonero, en un alarde de valentía, abro y pregunto: "¿Qué sucede?" -Ay, perdón, perdón. ¿Aquí no vive "fulanita"? -No, fulanita vive en el piso de arriba, la puerta de enfrente. -Es que tenía que hablar con ella (el sujeto en cuestión estaba cogorzo, pero aseado, sin parranda: puede que fuese una mala noticia o que algo le afectaba al cerebro...) -Sí, es arriba, esa otra mano -Perdone -No se preocupe, no pasa nada. Paso a la cocina a prepararme un cafetín cuando oigo picar en la puerta de enfrente misma planta. Mierda "ni asimiló lo que le conté". No me dio tiempo a salir al rellano cuando ya abrieron la puerta, y tenía gracia porque eran turistas invitadas en el piso. No tenían ni idea de quién puñetas era "fulanita". Por suerte debieron espiar nuestra conversación y una de ellas soltó "Creo que es arriba". Mismo guión: "perdón" "no se preocupe". Unos cuantos escalones más arriba. Timbrazo. Suaves voces. Tormento finalizado. Pues no. Un par de minutos más tarde vuelve a picar en mi piso, resoplando. -"Hola" -(Con cara de sopresa)"A ver tú tienes que ser familia mía" -"Uy, lo dudo, no tengo familia en este pueblo" -"Sí, tú tienes que ser cuñada, de la hija de la prima...". Aquí lo paré porque el buen señor se estaba mareando y se me iba a ir escaleras abajo. Le costaba verdaderos esfuerzos y empezó a señalar el buzón. Le dije el nombre y entonces me dio el de la señora que buscaba. Inciso: me coge la manita. De primeras no me dí cuenta, pero resultó ser la habitante de la misma puerta en el número anterior. Estaba tan desorientado que confundió los portales. Se lo expliqué pero estaba convencido de que se trataba del edificio de abajo, cuando era al revés.
¿Qué le ocurría? Pues que el buen señor toma medicamentos que son incompatibles con una copita de anís y así se puso como se puso. Y mira que conozco gente que mezcla medicamentos y alcohol, y tan felices... y a este pobre!!! Claro que una copita de vino no hace daño: según los bodegeros.

Muñecas

A mi me gustaba jugar con camiones. Nunca con muñecas. Tampoco me gustaban los peluches que me metían en la cama a los cuatro años. No estaban vivos: ni desprendían calor, ni se movían con la respiración. Cada mañana aparecían tirados en el suelo tras ser cruelmente arrojados por mi mano. Jamás me han atraído los sucedáneos. Tuve la fortuna de no parecer demasiado machorra por no gustarme los balones. Tampoco me tentaron las bicicletas: soy torpe y no coordino movimientos. Siendo menor de 8 años tenía pavor a los golpes. Con 11 años lo intenté con los patines. Estaba tan rígida que me convertí en el recochineo de toda la calle. Con 12 intenté en serio nadar, pero mi padre no es que ayudara con entusiasmo. Con seis casi me ahogo porque mi madre en vez de vigilarme estaba dando la lengua con otra señora (expresión que hoy en día hay que matizar como simple chismorreo, no como besuqueo). Es curioso... siempre que me sucedía algo malo de cría, mi madre estaba charlando con alguien. Aparenta tan asfixiante la pobre. Ya veis, todo es cuestión de apariencia.
A pesar de tener predilección por otro tipo de juegos, mis tíos recurrían al regalo fácil. Es niña...pues muñecas. Así, al cabo de los cumpleaños, navidades, santos y demás fiestas acumulé una cantidad nada despreciable de éstas. Lo terrible es que llegó un momento en que al cruzar el umbral de la pubertad me entró el agobio: “ a estas pobres las van a jubilar y sólo he jugado en mi vida con par de veces con ellas...pues nada, a sacarles rentabilidad”. Así que ni corta ni perezosa, escogí a unas 6, las coloqué en hilera sobre la cama, en formación como soldados y les inventé una vida.
Érase que se era una vieja reina empobrecida y miserable que vivía con sus seis hijas en una granja arruinada. Para salir adelante, puso a sus hijas a trabajar plantando lechugas 16 horas diarias. Sólo podían hacer una comida al día, la cena a la luz de una vela. Tocaban a un huevo frito para mojar, uno para todas, por supuesto. Mientras la madre, hacía contactos y al final, las lograba casar con condes, duques y marqueses. FIN.
Unos instintos maternales, los míos, la mar de cariñosos.
Ah, al final traspasaron las muñecas a otra casa y no es que llorase demasiado. Vamos que me importó un pimiento.
Moraleja: no regaléis muñecas a las niñas, regalad libros.

He soltado a los caballos

Arcos torales, pechinas, tribunas y triforios, arquivoltas, trompas y aristas, bóvedas de cañón, arbotantes...dicen que sarna con gusto no pica, pero hasta lo que gusta satura.
Me he quedado mentalmente agotada y dudo que pueda escribir nada en una temporada. Siento grandes dolores en mi brazo derecho. Demasiada tensión. Agosto se ha ido por fin. Ha sido malo, extraño, esquivo pero he topado con una persona que me ha abierto los ojos. En mi entorno, alguna otra gente también se ha quitado los vendajes. Han visto. Demasiado tarde. De nada le sirve a un barco fantasma encontrar una isla con cocoteros porque los tripulantes están todos muertos. Me recuerda a otro verano, el de hace dos años. Me pesa la sombra. Me he quedado sola. Me siento aliviada. Así son las confirmaciones del alma sedienta. No esperaré disculpas ni declaraciones, eso sólo pasa en las películas de los reinos sajones.
En los próximos meses voy a ser tremendamente egoísta, egoísta como nunca lo he sido en mi vida. Lo haré porque ha llegado la hora de saltar sin redes. Soy libre. No tengo obligaciones con nadie. Y las cadenas ficticias hace un mes que han ido a parar al mar. Sólo se ata el que quiere atarse.
Annabel The Sheep se ha quedado dormida en el escritorio mientras escribo. Lo entiendo.

Hace 10 años...

Hace 10 años... Yo estaba en Brighton y el viernes despedí a una amiga que dentro de una hora exacta habrá llegado a la misma ciudad del sur de Inglaterra a estudiar. También son casualidades de la vida. Un sitio muy recomendable para estudiantes novatos. A mí me dejó buen sabor de boca, a pesar de ese horrendo palacio a lo merengue empalagoso (El Royal Pavilion de Jorge IV). Recuerdo el Palace Pier, las gaviotas, el viejo acuario, la enorme playa, los hotelitos refugio para los adúlteros londinenses de otras épocas...
Acabo de caer: Gijón, Brighton...ig-on, ciudades costeras. Paso por ellas y me voy. Lo chistoso es que me gustaría quedarme.


PS (08-07): Buscando fotos de muñecas, encontré el blog de una fotógrafa de Brighton. Estas son sus instantáneas.

Fin de Curso

Fin de Curso El curso escolar 2006-07 ha finalizado. Algunos de los niños de la ruta a los que acompañé salieron en el periódico. Les montaron una fiesta de despedida el jueves. Los últimos días estaban eufóricos, aunque menos mal, se portaron bien. Ojalá les vaya muy bonito en la vida.
Foto: Casal

Acompañante es una profesión

Acompañante es una profesión

Pues sí, me encuentro en fase “pausa” dentro de mi faceta de teleoperadora. Casualmente surgió la oportunidad de ser acompañante de autobús. Suplo a una señora que no puede compatibilizar horarios en junio. No está mal ser acompañante escolar. Me paseo por la costa viendo playas y además el bus va medio vacío por ser una ruta en el rural gallego (ya se sabe: despoblación). Como es fin de curso los niños tienen excursiones los viernes y sólo se alborotan a la salida del cole. Si me llegan a decir hace un par de meses que junio me lo pasaba así, me río...a carcajadas.

NOTA: Queridos lectores, les juro y perjuro que soy real, que no me invento mis curros temporales. De verdad soy una treintañera que aspira a mileurista.

Teleoperando

Ainch!!! Me se caen las pestañas de cansancio.
Después de hacer carpetillas, colgar perchas, limpiar wc's, limpiar cocinas, repartir pizzas, colocar caramelitos, reponer mercancias varias, cubrir máquinas de tabacos, ordenar prendas, todo entre saltos temporales...ahora llega la etapa de... ¡¡¡TELEOPERAR!!!
Sí, amigüitos/as. Pero ello no significa que sea doctora y opere a distancia, noooo. Ello significa que estoy un montón de horas con el culo sentado en un silla, delante del ordenador y con los cascos puestos. Las neuronas se aceleran que es una barbaridad.
Esta semana acabo de darme cuenta de que existen dos tipos de personas: las que viven y las que sobreviven. Yo, aunque sé vivir, a diferencia de otras muchas, sólo soy capaz de sobrevivir. Si alguien me explica el truco, lo agradeceré toda la vida.

Fin de etapa

Fin de etapa Estoy elaborando un duelo. Me vienen a la cabeza sucesos de mi infancia: buenos, malos y algunos muy olvidados. Juro que no los llamo, se presentan solitos. Se ve que estoy cerrando una etapa. Es una especie de mecanismo resumen para allanar el futuro. Vamos cerrando puertas, para abrir otras nuevas. (Eso es una canción, ¿Verdad?. Diego Torres?. Se me pega todo...) Por un lado vomito todo lo creativo, por el otro relleno el hueco con estudios nuevos. Hasta que no escribo unas cuantas fantasías no soy capaz de asimilar nuevos conceptos. Por fin he asumido que no puedo reprimir mis ensoñaciones.
Hacer daño a los niños es la peor de las maldades. Me he enterado de alguien que está fastidiando a un niño, a nivel psicológico, algo difícil de probar. Viene a cuento, también, de la pequeña Carla, sobrina de la Princesa de Asturias. Su padre le dijo delante de la prensa gráfica:”Con la cabeza alta”. Me parece un detalle precioso porque su madre la cubría siempre en su regazo para no ser fotografiada. Es una costumbre que detesto. Tan malo es exhibir a los pequeños como monitos de feria por las revistas para lucro de sus papás, como convertirlos en fantasmas a lo “hijos de Michael Jackson”. Los niños pensarán: “Debo ser un monstruo porque no hacen más que taparme, doy asco y vergüenza”.
Otra cosa que me mosquearía si fuera cría, es estar en un hospital y que entrara por la puerta un payaso de ONG. Del espanto me mataba porque nunca me dieron miedo los médicos ni las enfermeras (ni ahora me gustan las series de médicos), pero que me tomaran por tonta nunca me gustó. Es como cuando nos mandaban cantar en el catecismo con coreografías a lo Britney Spears. Los demás niños me parecían subnormales. ¿Qué les pasa, por qué lo hacen? En la misa de adultos el cura no pega saltitos ni da palmas. ¿Por qué hacen diferencias? Los han drogado, los han drogado...socorrroooooo
A mi, los adultos, me torturaban con la clásica pregunta de ¿A quién quieres más: a papá o a mamá?. Ya nos obligan a elegir desde casi bebés, los muy zopencos, ¿tú eres del PSOE o del PP?. Como si fuera política, y en mi persona, además nacionalistas, porque la siguiente pregunta era: ¿gallega o asturiana?. Sutilmente te obligan a callar para caer bien a unos o a otros, o a ser chaquetero (el mal crónico español) según el bando donde te encuentres. Me tenían tan harta que un día solté “Me marcho a León”, así como quien se va a Nueva York. Cosas de niños.
Subo un retrato, hecho el domingo con pinceles digitales. No le corresponde a este blog pero me sirve de ilustración. Esa criaturita soy yo con año y medio.

Nervios

Tampoco tengo demasiados. A los 17 tenía taquicardias. A los 20, vómitos y diarreas. A los 30 tengo un tic en el ojo izquierdo. ¿A saber qué me pasa a los 40? Porque a este ritmo seguiré con exámenes a los 40. Uy, espero que no tenga todo junto y además un tembleque en la pierna derecha. ¿Y si me mandan al circo los examinadores?

Tarde de güevo

Sí, tengo la tarde tonta. Debería estar repasando pero las musas me han tentado a teclear por estos espacios. Necesitaba cambiar de temas legales, o reventaba. Ejem, en realidad no he cambiado demasiado de tema Llorando Hasta he salido por la mañana a respirar, entre granizada y granizada. En fin, me alegro de la nominación de El Laberinto del Fauno, muy decente y honrosa para competir.
Ahora es cuando le digo a las musas: ¡No me a-tentéis más que me caliento...!

Noche de Reyes

Mientras los pequeños de la casa están que no paran por la ansiedad de los regalos, los adultos nos ponemos nostálgicos y recordamos el momento en que descubrimos o nos descubrieron la cruda realidad. En mi caso me lo contaron a los 7 años, aunque algo me olía desde los 6. Me chocaba bastante que en los escaparates de las pastelerías vendieran el turrón de azúcar que luego sorpresivamente aparecía en mi cuarto. ¿Cuándo te pasó a ti?
Lo recuerdo perfectamente porque puedo ubicar mis vivencias según el piso donde habitaban mis padres. Sufrí muchas mudanzas y me encantaba. Sé que en aquella misma época descubrí a Dios. Dios lo ve todo me decían. Me angustiaba toda, sentada en el trono haciendo aguas mayores, je, je. Qué vergüenza que me vea así. Pero para mis adentros me auto convencía: no puede ser permanente porque hay gente haciendo cosas malas por ahí y si me mira a mí limpiarme el culo se está perdiendo lo que hacen otras miles de personas en el mundo. A los 7 años pensaba que el mundo se reducía a unos cuantos miles de sujetos. Y los de 30 años eran todos unos viejos, por supuesto. (Claro que los a 4 años pensaba que en la Antigüedad la gente vivía en blanco y negro como en las películas clásicas). Por entonces llevaba trenzas, parecía sacada de La Casa de la Pradera, y pensaba que nunca podría casarme porque en cuanto me viese mi marido con semejantes greñas sueltas, saldría corriendo...(los niños de ahora no piensan esas tonterías, ven las rastas de Melendi, pero yo sólo veía a la Pantoja por la tele...uy, como ahora, jo, el tiempo se ha estancado en mi vida). Yo quería tener la melena de la Pantoja, y en casa para fastidiarme me decían "Menuda melena tiene, eh?", a lo que yo contestaba: "Está calva". Las carcajadas que soltaban. Menudas tonterías se hacen a los críos.
En fin, que continuaré la saga infantil porque hay mucho jugo que exprimir.
¿Aún existen minas de carbón? ¿Aún no se han agotado? A veces deberíamos ser malos porque los buenos pueden dar asco según el caso.

Cumpleaños a secas

Cumpleaños a secas

¿Será feliz o no será feliz? Mitad y mitad.
FElIz CuMplE pA mí
FElIz CuMplE pA mí
FElIz CuMplE me dEsEo
MiSmAmenTe Pa Mí

Ay, 31 y sin reproducirme aún. El día en que ocurra, si ocurre, espero que mi criaturita se parezca a Stewie Griffin. Un bebé adorable! Ahora es mi fondo de escritorio. No sé durante cuanto tiempo.